Hace apenas unos minutos Clauda me da a conocer un estupendo artículo donde su autor más que indignado expones sus quejas con respecto a la política más que restrictiva que de un tiempo a esta parte suele hacer la toda poderosa Canonical que puede bien llevar la leyenda que dice aquello de: Me paso por el forro la opinión de los usuarios y desarrolladores.
Yo ya hace mucho tiempo que poco sé o quiero saber de Ubuntu, precisamente por esta forma tan cerrada de proceder de Canonical. Pero lo peor es la defensa a ultranza que hace muchos de los usuarios de esta famosa distro (que como apunta el autor del artículo) parecen más usuarios de Mac OS X que de GNU/Linux. Da la sensación que son usuarios privilegiados y elegidos para la gloria y vete a saber qué cosas más, que no dudan en atacar atroche y moche.
Ataque que yo sentí en mis propias carnes y que aun después de tanto tiempo de vez en cuando sigo sintiendo por criticar la derivación que estaba aconteciendo en Canonical en aquel entonces y que veo que puede empeorar.
Que Canonical haga algo en un sentido tiene su importancia relativa (según se la queramos dar) pero que nosotros vayamos a cuchillo por defenderla en uno u otro sentido, eso sí que lo veo realmente grave. ¿Acaso Linux es Canonical o viceversa?
Hay discusiones que son absurdas y que no nos llevan a ningún sitio. El problemas viene cuando se pierde la perspectiva de las cosas y uno se cree que se está atentando contra algo propio, contra su buen juicio, su buena elección, sus altos conocimientos o pero aún, uno se cree poseedor de la razón.
No me cansaré de decir para todos aquellos susceptibles de sentirse ofendidos, que las críticas sean de uno u otro lado (si son desde el respeto) siempre deberían ser de agradecer por que nos hacen ver cosas que de otro modo jamás veríamos. Las distribuciones no son equipos de fultbol, no son partidos políticos o doctrinas religiosas donde lo visceral opaca al buen entendimiento. O no deberían serlo, así que no lo convirtamos en ello.
Linux es CIENCIA, sí con mayúsculas, la ciencia de la apertura, la ciencia de la compartición, la ciencia de la modificación. Donde es de obligado cumplimiento realizar toda clase de críticas apasionadas o no para hacer cada día más grande y precisa a esta comunidad Linuxera la cual tiene su propia filosofía, una filosofía bien definida que no deja lugar a interpretaciones. Filosofía que parece se está perdiendo en ciertas comunidades, donde se ha olvidado incluso que alguna vez existió.
Podéis leer este estupendo artículo al que se hago referencia y que suscribo totalmente aquí:
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